¿Estamos enseñando para todas las personas? ¿Estamos enseñando las habilidades claves para que cada una de las personas puedan lograr su potencial y cumplir las metas que se propongan? ¿Estamos enseñando y aprendiendo para las sociedades del futuro? Según UNESCO, “más de la mitad de la población mundial carece de las habilidades básicas para las actividades basadas en computadoras. Estamos en un momento crítico, si no actuamos ahora muchas más personas nunca tendrán la oportunidad de alcanzar su máximo potencial”.
Hoy nuestra vida se encuentra atravesada por las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) pero no todas las personas se encuentran activas en la construcción de la sociedad del conocimiento ya que carecen de aquellas habilidades y competencias básicas para lograr un buen uso de las mismas.
Nos encontramos frente a nuevos y nuevas aprendices que crecieron ante la exposición de tecnologías que modifican la forma en que se insertan, o se desempeñan en las distintas esferas de su vida. Pedró (2006) las denomina “nuevo milenio” ya que estas “generaciones del nuevo milenio son aquellas que por vez primera han crecido envueltas por medios digitales, de modo que la mayor parte de sus actividades relacionadas con la comunicación entre iguales y la gestión del conocimiento, en el sentido más amplio, están mediatizadas por estas tecnologías” (Pedró, 2006: 2).
Vivir en una sociedad informacional implica que las distintas generaciones, tanto las del nuevo milenio como las anteriores, deben desarrollar determinadas habilidades y competencias para lograr su inserción plena en la sociedad. Además, las TIC introdujeron la inmediatez y la interacción en tiempo real en nuestra comunicación, transformando así nuestra cultura y desafiando a los procesos de enseñanza y aprendizaje como lo conocemos y reconfigurando las prácticas pedagógicas tradicionales.
Para enseñar para el nuevo milenio, se debe cambiar la forma en la que aprendemos y enseñamos, teniendo en cuenta la diversidad de personas y potencial que implica el ser distintos. Tal como sugiere UNESCO, ya no alcanza solo con leer y escribir. El siglo XXI implica nuevas competencias, distintas a las que se necesitaban hace un siglo atrás, que ponían la mirada en la alfabetización y la lectoescritura. Hoy, conviven distintos lenguajes, y los espacios de aprendizaje se deben transformar para poder acompañar a las personas en la alfabetización de estos distintos lenguajes que les permitirán insertarse en la sociedad informacional en la que vivimos.
Pero… ¿Qué implica alfabetizar en el siglo XXI? Ya no es solo la lectoescritura sino que comprende múltiples habilidades. Repasemos aquellas que consideramos en Eidos Global como fundacionales:
Inteligencia emocional (autoconocimiento, empatía)
Creatividad (flexibilidad, originalidad y creación)
Colaboración
Comunicación efectiva (escucha activa, asertividad, motivación)
Resolución de problemas complejos (pensamiento crítico, toma de decisiones, planificación y resiliencia)
Alfabetización digital
Aprender a aprender
Pensamiento computacional
Ciudadanía global / mindset global
Por ello, en Eidos Global buscamos transformar los espacios de aprendizaje, ¿cómo? a partir de algunos principios que nos guían al momento de pensar una experiencia educativa.
En primer lugar, partimos de poner en el centro del aprendizaje a nuestros aprendices, pensándolos como sujetos activos y buscando lograr un aprendizaje significativo que, siguiendo a David Ausubel, ocurre cuando los nuevos conocimientos se conectan con la estructura cognitiva de quienes aprenden, y el nuevo contenido es descubierto por el propio aprendiz. Además, tenemos en cuenta la pedagogía humanista de Carl Rogers que dio cuenta que los mayores aprendizajes se generan en contextos donde impera un clima humano en el que las personas pueden expresar sus sentimientos, y el facilitador guía los aprendizajes a través de generar un clima de confianza, que motiva al aprendiz ante un deseo natural de aprender. En segundo lugar, definimos los objetivos y resultados de aprendizaje, incluyendo aquellas habilidades y competencias que esperamos que las personas fortalezcan para que puedan alcanzar su máximo potencial, y ser su mejor versión. Para lograr esto, es importante como tercer paso conocer el contexto de los aprendices para dar cuenta del entorno del espacio de aprendizaje, considerando oportunidades y desafíos a través de analizar las esferas socioeconómicas y culturales del aprendiz. En este sentido, lo que nos guía es la pedagogía de la liberación de Paulo Freire, que propone brindar a los “educandos” los recursos necesarios para ejercer su libertad. Poder comprender las realidades de nuestros aprendices nos permitirá definir el propósito del aprendizaje para dotar de sentido al proceso de enseñanza y aprendizaje, y aquí es importante advertir que más allá del conocimiento técnico, nuestros entornos de aprendizaje se ven atravesados por aquellas competencias y habilidades que son claves para insertarse en la sociedad del siglo XXI.
Es momento de seguir transformando los espacios de aprendizaje para que las personas fortalezcan sus capacidades y habilidades. Debemos trabajar para erradicar el analfabetismo y el analfabetismo digital para que todas las personas puedan acceder y promocionar en las sociedades actuales y futuras. En este nuevo contexto, los aprendices se transforman en el centro del aprendizaje y como facilitadores debemos acompañarlos y guiarlos para que se potencien y puedan ser líderes de su vida y agentes de cambio de sus comunidades. Por ello, en Eidos Global desarrollamos distintas experiencias de aprendizaje que permitan a las personas ser su mejor versión y estamos convencidos que transformar los espacios de aprendizaje permite que la educación sea una herramienta transformadora.
Si quieres explorar más acerca de nuestros distintos proyectos y programas, te invitamos a recorrer nuestra web.
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