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Workslop: la palabra que no conocías y que nos está rodeando completamente

  • Foto del escritor: Mery Lehmann
    Mery Lehmann
  • 15 oct
  • 3 Min. de lectura
señora en oficina

Vivimos un momento en el que la Inteligencia Artificial parece hacerlo todo: escribir, diseñar, resumir, planificar, crear. Y muchas veces, lo hace realmente muy bien!


Entre tanto contenido interesante, tanta información y datos que nos llegan todo el tiempo, tantas notificaciones, tantos estímulos visuales, tantas propuestas dirigidas a medidas por los algoritmos y que compiten por captar nuestra atención… rescaté un concepto que menciona Tomás Balmaceda y que pone en palabras lo que me estaba pasando y no sabía cómo expresar: workslop, o trabajo sin sentido de la IA. Este término describe esos contenidos generados por IA que parecen perfectos, pero no dicen nada nuevo. Son textos prolijos, presentaciones muy bien diseñadas, informes larguísimos y llenos de citas y fuentes: suenan y se ven bien, pero no sirven para nada. Recursos y materiales producidos sin un verdadero destinatario, como decía Lipovetsky aquellos discursos narcisistas que representaban la era del autodiseño y expresión “vacía” en internet y en redes sociales, hoy los vemos de manera exacerbada en la producción infinita de materiales y la ejecución automatizada de tareas, en donde las tecnologías 5.0 como la Inteligencia artificial generativa, los bots, el IOT (Internet de las cosas) parecen estar tomando el control.


El costo invisible del trabajo irrelevante


Sin darnos cuenta, el workslop tiene un impacto profundo. No solo no resuelve tareas: sino que muchas veces traslada el esfuerzo a quien lo recibe, que debe interpretar, corregir o rehacer el trabajo. También se pone en juego la delegación cognitiva, y empezamos a perder habilidades como el pensamiento crítico, la resolución de problemas, la creatividad.


¿Hasta dónde estamos dispuestos a delegar? ¿Queremos seguir produciendo materiales podemos vacíos? ¿A qué costo logramos mayor eficiencia? ¿somos realmente más eficiente sy productivos?


Algunas investigaciones empiezan a mostrar que el trabajo hecho con IA debe rehacerse en un 40%. y esto no implica solo una pérdida económica, sino la sensación de frustración que estamos sintiendo cada vez que vemos estos trabajos.


No es culpa de la IA…


Y aunque esto no es un problema nuevo, en muchas organizaciones (y también en muchos ámbitos como el educativo, por ejemplo), todavía se valora la cantidad por encima de la calidad: la cantidad de informes, de presentaciones, de llamadas grabadas y resumidas…que nunca podremos procesar y construir “conocimiento” o sacarle un valor agregado más allá de esta capa superficial.


Cómo evitar caer en la trampa del Workslop


Y no estamos hablando de dejar de usar la IA, sino de integrarla como “copiloto” para realmente mejorar tareas en tiempo y calidad, y no en cantidad abrumadora. Algunas ideas que podrían ayudarnos a maximizar nuestras capacidades y expandirlas con IA:


● Aprender sobre IA de manera crítica y significativa: no solo a “pedirle cosas” a la IA, sino a leer con lupa lo que devuelve, contrastar fuentes y detectar sesgos.


● Ponernos límites claros: decidir en qué momentos la IA puede sumar y en cuáles conviene pensar sin atajos.


● Reconocer los procesos donde la IA amplifica el pensamiento humano, no solo donde produce más resultados.


● Editar constantemente y no conformarnos con el primer resultado; reescribir, filtrar, contextualizar y sumar nuestras voces (usar la metáfora de bailar el Vals con la IA, ir: pedir una instrucción “prompt”, recibir un “output”, iterar y mejorarlo y volver con otro pedido a la IA, en un ir y venir de mejora continua.


● Preguntarnos siempre si el resultado tiene sentido, si es útil, si resuelve algo o si solo “suena bien”.


¿Se te ocurren más ideas para hacer un uso crítico, útil y responsable de la IAG?

¿Qué estrategias están usando en tu organización para hacer frente al workslop?


En Eidos Global creemos que la IA puede ser una aliada poderosa si la usamos con propósito, ética y pensamiento crítico.


No se trata de reemplazar la inteligencia humana, sino de expandirla: de aprovechar la tecnología para abrir más preguntas que respuestas prefabricadas.

 
 
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