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La evaluación como oportunidad de aprendizaje


En Eidos Global creemos en el enfoque del aprendizaje a lo largo de toda la vida de UNESCO, más allá del contexto y de los momentos. En este sentido, la evaluación nos brinda una nueva oportunidad para aprender y seguir potenciándonos. Pero, ¿cómo lograrlo?

En primer lugar debemos partir por preguntarnos qué es evaluar. Evaluar implica un proceso de indagación en el que se genera un juicio de valor sobre la comprensión y nuevos conocimientos de los aprendices que nos permite tomar decisiones y mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje. Por este motivo, al momento de diseñar experiencias es importante que nos detengamos un momento para pensar la evaluación y evidencias de transformación en nuestros aprendices.

Además, siguiendo a Ron Ritchhart, Mark Church y Karin Morrison en su libro "Hacer visible el pensamiento”, debemos enfocarnos en que las tareas y/o evaluaciones permitan el verdadero desarrollo de la comprensión de nuestros aprendices y que no sea solo una instancia para que reproduzcan las habilidades y conocimientos adquiridos. Si sucede esto último no estamos aprovechando la evaluación como una oportunidad de aprendizaje y de pensamiento. En este sentido, debemos pasar de únicamente generar una “cultura de exámen” pensando a la evaluación como una instancia en la que los aprendices, como sujetos de aprendizaje, solo reproducen secuencias de información ya organizadas y verdades inobjetables, a lograr una “cultura de evaluación” en la que los educandos, como sujetos de conocimiento, puedan ser protagonistas del proceso de enseñanza y aprendizaje no siendo meros reproductores de información sino que puedan usarla y aplicarla en diversas situaciones que enfrenten.


¿Por dónde empezar? Te compartimos algunos consejos a la hora de pensar la evaluación como una oportunidad de aprendizaje:

  1. ¿Qué? Construir criterios de evaluación que estén alineados con los objetivos y contenidos de aquello que queremos y creemos que realmente enseñamos.

  2. ¿Para qué? Determinar los niveles de aprendizaje esperados.

  3. ¿Cómo? Elegir los instrumentos que utilizaremos para dar cuenta del aprendizaje logrado en nuestros educandos. Deben pensarse como actividades con consignas claras y en función de los contenidos enseñados.

El paso más desafiante, quizás sea, el cómo evaluar, por eso te presentamos algunas formas para hacerlo:


📍Rúbricas de autoevaluación

Aquí la clave es lograr que los aprendices puedan reflexionar sobre lo que han aprendido y lo que aún les falta por aprender, identificando fortalezas, debilidades y definiendo metas claras para el futuro de su aprendizaje. Además, permite desarrollar el autoconocimiento y la autorregulación de nuestros educandos.


📍Co-evaluación

Implica la evaluación entre pares por lo que es importante establecer algunas reglas básicas que regulen la forma en que la retroalimentación se da para generar confianza y fomentar la participación activa de los educandos.


📍Escalera de retroalimentación

Permite dar una opinión constructiva al educando. Son 4 los grandes pasos que se debe hacer: 1. Comienza por describir o clarificar el aprendizaje a través de preguntas al aprendiz;

2. Sigue por indicar los puntos valorados;

3. Luego, se indican las preguntas o preocupaciones respecto a lo que se está valorando;

4. Por último, se presentan sugerencias para fortalecer el aprendizaje. Si querés profundizar más en cómo dar feedback, te invitamos a leer esta nota.


En definitiva, la evaluación nos permite ser conscientes de nuestro aprendizaje para establecer metas que nos permitan fortalecer nuestras competencias y habilidades para ser nuestra mejor versión. ¿Te gustaría encontrar otras formas de evaluar? Te compartimos algunas rutinas de pensamiento de Ramé Educación.

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